Aceite esencial salvia 15 ml

El Aceite esencial de Salvia combate la depresión, el agotamiento nervioso, la timidez y el aislamiento social. Estimula la memoria y la concentración, favoreciendo el aprendizaje. Mejora la circulación y ayuda a eliminar líquidos, por lo cual lo recomendamos en caso de celulitis.

El aceite esencial de salvia posee reconocidas propiedades como Astringente, tónico, desodorante, detoxificante, reductor, calmante, descongestionante.

Utilizado como enriquecedor de productos cosméticos aportará excelentes propiedades para el cuidado de la piel.

Modos de empleo:

Se pueden utilizar disueltos en agua, en baños añadiendo una o dos gotas a la bañera, disuelto en aceites para la realización de masajes, o en aromaterapia.

Precauciones:

Uso externo. No ingerir. Mantener lejos del alcance de los niños. No utilizar durante el embarazo, lactancia ni en niños. Mantener lejos de toda fuente de calor y luz. Aplicar siempre sobre piel sana siguiendo las indicaciones de uso recomendadas.

Información detallada Aromaterapia:

Esta planta leñosa de fuerte olor aromático y de sabor amargo, es originaria del mediterráneo. Existen en realidad unas 500 especies de esta planta de las cuales, la Salvia officinalis es la que se utiliza en Aromaterapia. En la antigüedad, los romanos la consideraban una hierba sagrada pues se la quemaba para limpiar los lugares de energías negativas. Es también utilizada para aumentar la energía de los cristales que se emplean en curación, colocándolos en un lecho de hojas secas luego de su limpieza.

Desde el aspecto físico, la salvia tiene varios usos:

– Es un fuerte estimulante del sistema nervioso, combatiendo la depresión, la debilidad de origen nervioso, la introversión. Estimula la memoria, mejora el aprendizaje. Es regulador de la presión arterial y ayuda al aumento de la circulación y a la eliminación de líquidos.

– Al mismo tiempo actúa como calmante nervioso, relaja las contracturas musculares, los espasmos, los temblores, alivia la piel congestionada o lesionada, ayuda a la cicatrización de heridas, se utiliza en torceduras, y es un excelente relajante psico-físico, combatiendo el agotamiento tanto en los aspectos físico como mental o emocional. Por eso se recomienda su uso en casos de surmenaje.

– Pero uno de sus usos más conocidos es aquel que lo hace especial para los problemas femeninos, pues este aceite es en este sentido, uno de los de más amplio espectro. Personalmente he tratado problemas de menstruaciones dolorosas y de irregularidades durante la menopausia con masajes con aceite de Salvia, y los resultados fueron asombrosos. Esto se debe a su acción sobre el sistema nervioso y al mismo tiempo sobre el meridiano de Circulación-Sexualidad; por ello se lo considera un regulador del sistema reproductor femenino por excelencia, actuando con eficacia en casos de infecundidad (activa las funciones sexuales femeninas), como también en irregularidades menstruales (ya sea por discontinuidad, escasez o molestias).

Un secretito: el aceite de Salvia (diluido en aceite base), es el mejor antitranspirante que puede conseguirse, porque además de inhibir la transpiración, es afrodisíaco. En el aspecto mental, este aceite ayuda a las personas a liberarse de las malas experiencias, que muchas veces les impide aplicar lo aprendido de los errores pasados en los hechos del presente. Es especial para quienes desconocen la sabiduría interior y cometen los errores una y otra vez, volviéndose negativos. Sienten debido a sus equivocaciones, que las cosas carecen de un lado positivo y que el futuro no puede mejorar. Son incapaces de buscar dentro de sí, de desarrollar su visión interior o de hacer cualquier tipo de autoanálisis. El aroma de Salvia utilizado en el aromatizador, promueve la reflexión, la introspección. Nos ayuda a adquirir la sabiduría que trae la convicción de que todo lo que necesitamos saber esta dentro de nosotros y que sólo debemos ver nuestros errores como una oportunidad para aprender a crecer.

Autores:Staff de la Revista Crecimiento Interior Revista Crecimiento Interior Nº 33, Año 4, Julio de 1997